La serie vuelve a las pantallas este 15 de noviembre, ahora streaming en Peacock
La Voz es la sección en español del Sun-Times, presentado por AARP Chicago.
Para la actriz Carmen Villalobos ser parte del elenco de El señor de los cielos durante tres temporadas sí marcó un antes y después en su carrera.
Esto no solo porque la serie —que se transmitió de 2013 a 2019— fue todo un fenómeno de ratings, sino porque le permitió explorar y mostrar otra faceta.
Esta es una historia de malos, por ponerlo de una manera; Leonor era la buena, pero cuando decide tener una relación con el señor lo hace por lo que le da la gana, aunque luego se arrepiente, recordó.
La colombiana tuvo su primer coqueteo con las narcoseries al protagonizar Sin senos no hay paraíso en 2008 —que luego tuvo otras dos secuelas, Sin senos sí hay paraíso (2016) y El final del paraíso (2019)—, pero en El señor, con su personaje de la agente de la DEA Leonor Ballesteros, que logró ser una mujer de armas tomar.
Cuando me llamaron para ser parte, fue muy chévere, porque en ese entonces las narcoseries eran aún un nuevo formato y una nueva forma de hacer televisión, con temas y situaciones que en una telenovela tradicional, donde todo es muy ‘rosa’, no pasan. Los textos son más crudos, hay más acción, contó en entrevista para La Voz.
Leonor me permitió explorar otra dimensión de lo que podía hacer como actriz, contó, para recordar que sí vivía una transformación ante sus compañeros en cuanto comenzaba a grabar, ya que por su aspecto —Carmen es delgada y de estatura pequeña— dudaban fuera capaz de interpretar a la agente de la DEA que persigue a El señor (Aurelio Casillas, interpretado por el mexicano Rafael Amaya).
También en la trama, donde además de ser un narcotraficante Casillas es un mujeriego al que ninguna se le resiste, Leonor es literal, una mujer de armas tomar que, sin embargo, sí tuvo un romance con su enemigo en una situación muy de telenovela.
La situación, agregó Villalobos, permite mostrar a los personajes sin importar si son buenos, con sus fallas y errores.
Uno como ser humano siente rabia, depresión, celos, envidia y eso pasaba con los personajes de ‘El señor’. [Leonor] sí fue un personaje con poder de decisión.
El regreso de El señor de los cielos a la pantalla
Luego de siete temporadas y más de 611 episodios que se transmitieron entre 2013 y 2019, la historia de El señor de los cielos se basa en la vida del narcotraficante mexicano Amado Carrillo Fuentes (1956-1997), exlíder del Cártel de Juárez.
Protagonizada durante cinco temporadas por el actor mexicano Rafael Amaya (Aurelio Casillas), la serie fue un fenómeno de ratings y también recibió críticas de quienes mencionan que este tipo de formatos hacen apología al delito e idealizan la vida de los narcotraficantes.
Sin embargo, continúan en la oferta de contenidos en plataformas como Netflix y con la aceptación del público.
En El señor, el protagonista fue puesto en coma en la sexta temporada y se mantuvo sin rastro en la séptima, por situaciones que no han sido aclaradas.
Desde entonces, los rumores entorno al paradero de Rafael Amaya han sido motivo de escrutinio y el mexicano no ha vuelto a participar en otro proyecto.
Ahora regresará y podrá ser visto de nuevo como Aurelio Casillas por Peacock, el nuevo servicio de streaming de NBC Universal que este 15 de noviembre tendrá en su oferta de contenidos la versión condensada de la serie, con lo mejor resumido en 20 episodios.
Controvertida o no, la serie sigue dando qué hablar y sí marcó un antes y después. Villalobos no pelea con quienes piensen que estos contenidos idealizan el crimen.
En la vida real la gente pelea con eso, pero si dejas de ver la serie y ves las noticias, no hay diferencia. Soy actriz. Mi trabajo es interpretar personajes en narcoseries, en telenovelas rosas o en comedia, y nunca he juzgado las historias en que he participado. La realidad supera a la ficción, agregó.
Lo que sí tiene muy claro es que El señor tiene su moraleja: Ser malo no paga. Se ve en la historia. Será ‘El señor de los cielos’, pero tiene que vivir escondiéndose y no puede tener una vida normal. Para mí, eso no es vida. Ser malo nunca paga.
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